Filosofando sobre la vida que se va y se queda

Han muerto no sólo muchos cuerpos sino muchos hombres, cuerpos y espíritus, inteligencias y libertades, esfuerzos, anhelos y amores. Te vi en las calaveras de azúcar y el papel picado rosa intenso y me río de ti porque eres inminente.

Todos queremos disfrutar de la vida y ser felices, tratamos de evitar el dolor, y vivir el gozo. Sin embargo, la vida es una mezcla de ambos. Es un signo de inmadurez en la persona el no aceptar ésta condición existencial. Si nunca se experimenta el gozo, es vivir sin sensibilidad para lo bueno y divertido. Jamás sufrir, haría imposible experimentar lo duro de la vida, sería vivir como en otro mundo.

«Placer y pena son los dos únicos resortes que mueven y moverán el mundo.» por Claude Adrien Helvétius. Charles Handy decía que la naturaleza humanaes como una dona pero al revés, llena por dentro y el contorno vacío. Cadauno trata de llenarlo de la mejor manera posible, a su modo. Todo tenemosla misma naturaleza, pero cada uno al operar, la va realizando de mododiferente. Por lo que el placer no siempre se produce de acuerdo a minaturaleza y no todo lo que es conforme a mi naturaleza produce placernecesariamente. (Por ejemplo saber, va de acuerdo a nuestra naturaleza humana porque nos perfecciona, pero estudiar no siempre produce placer).

Hay otra razón por la que el placer no es el fin de la felicidad humana: porque no es en sí mismo una actividad, sino que es el resultado de mis operaciones positivas. Es buscar lo que me conviene o que creo que conviene. Más que una actividad, el placer es una pasión. Lo que me pasa es muy importante en mi vida, pero la mayoría de lo que me pasa no lo decido yo, me viene dado.

© Elisa Legorreta    Otoño 2001

La sabia vida

En estos años en lo que radico en un lugar sensacional donde convivo mas de cerca con la naturaleza, me doy cuenta una vez más, de cuánto podemos aprender de ella. A veces, contagiada con la vorágine del mundo, paso ante lo natural, solo viendo y no observando realmente, sin integrarme a fondo en el existir del espacio maravilloso que me rodea.

Hoy si, me detengo ante esta palma, y sin tocarla, sin violentarla puedo apreciar tanta sabiduría, tanto orden, tanta coherencia en su ciclo vital, que me hace reflexionar en la vida, de la vida en esencia, que comparte la palma con nosotros y con tantos otros seres que existen. Sabiamente las palmas se han instalado cerca del río, donde sin dificultad sus raíces absorben el agua fresca que convertida en savia es fuente de energía para la planta. Nosotros, en cambio, muchas veces nos ubicamos en espacios llenos de cemento, unos casi encima de otros, donde apenas podemos sobrevivir pues nuestro ser, cuerpo y espíritu requiere de un hábitat mucho mas acorde a nuestra naturaleza. Lo artificial se ha apoderado de lo natural.

Las palmas van creciendo pausadamente, prudentemente, diría yo, conforme a la cantidad de sol que van recibiendo. Nosotros, otras veces, por el abuso de la luz eléctrica, nos excedemos cayendo en deformaciones que dañan nuestra convivencia y nuestra salud.

Las hojas de las palmas surgen con pasión conquistando el espacio primero enrolladas, derechas, hacia arriba y, poco a poco, van desenrollándose, abriéndose, inclinándose mostrando casi con orgullo, toda su belleza plástica. Poco a poco la hoja va doblándose bajo su propio peso, va oscureciéndose, es hora de que está parte en el suelo, parte sujetada del tronco. Va perdiendo fuerza, cambiando de consistencia, se desprende de la fuente de vida, va secándose con paciencia. Termina fundiéndose con la tierra logrando un abono perfecto para la siguiente palma.

Maestra palma, enséñanos a saber aprovechar cada etapa de nuestra vida, respetarla, valorarla. Dejar de truncar el nacimiento de una nueva vida. Gozar cada etapa de la niñez, sin pretender crecer antes de tiempo, dejando la inocencia y frescura de esta etapa manifestarse en toda su grandeza. En esa pubertad en la que se va definiendo hacia donde se desarrolla la vida; aceptarla y amarla como ese surgir propio, peculiar para que sea realmente genuino, individual e irrepetible. Muéstranos como madurar aprendiendo de los fallos, satisfechos de los aciertos, saborear esta etapa. Y bueno cuando finalmente vamos envejeciendo, que la inclinación de nuestras facultades, realidades hacia la tierra, la hagamos con elegancia, con esperanza, sin dejar de experimentar plenamente el encontrarnos bien vivos. Y al final, enséñanos a morir cargados de todo lo vivido, lleno de nutrientes para las futuras nuevas vidas.

Gracias palma sabia por tanto que nos enseñas.

© Elisa Legorreta    Agosto 2001

Equus, animal precioso, ágil, con esa proporción en sus miembros tan perfecta, gran amigo del hombre; aquí muestra además, ese instinto maternal tan intenso en el que ambos, potrillo y yegua, se deleitan en su unión.

© Elisa Legorreta    Enero 2023

Coral Cerebro

Aqui va texto

© Elisa Legorreta    Abril 2021

Inspiración y obra

Bailando, subiendo, armonizando entre hojas, troncos, ramas apareciendo entre la luz, sombras, movidos por el viento, vestidos de colores, uniéndose logrando intersecciones de formas espectaculares provocando una alegría completa y plena.

© Elisa Legorreta    Junio 2021