Lo exotérico del símbolo
2011, Bolsa Mexicana de Valores, Ciudad de México

Lo exotérico del símbolo

Frente lo exotérico de las relaciones interpersonales actuales , en las que a los hombres se les dificulta comunicarse entre sí, en el que no respetan los derechos de unos con otros, en el que se hacen guerra, se aplastan, se denigran… aquí se propone el arte como aquello que puede unificar a los hombres entre sí mediante la belleza y expresión de los símbolos, signos e imágenes plasmadas por el hombre a lo largo de los siglos.

Símbolos que expresan una realidad que se quiere hacer visible, tangible cuando lo mismo pudiera comunicarse por la palabra hablada o cantada pero puede entonces volatilizarse, perderse. Y es que un símbolo tiene ese carácter perenne que posee toda obra gráfica y que queda plasmada en una tela, roca , madera, vidrio, metal, hasta en el cuerpo mismo… en cualquier material que tenga el hombre al alcance y que poseerá la temporalidad que el desee darle.

De modo que la imagen expresa realidades tanto invisible - el amor eterno de un Dios que se encarna y se da a todos los hombres dando su vida en la cruz, símbolo cuyas variantes y belleza es impactante, el infinito, unidad-, como visibles- de diferentes facetas de la vida humana tales como los elementos, los signos astronómicos, los signos del zodíaco, las estaciones del año, los días de la semana, de tráfico, de señalización, los botánicos, los químicos, de objetos, de nombres personales, los matemáticos, los tatuajes… También símbolos para la comunicación humana como fueron en el pasado los jeroglíficos o han sido en todas las épocas las letras de los alfabetos o actualmente los signos del Internet, de Facebook, de tweeter. Se muestran las letras como signos gráficos, que independientemente de su significado comunican mediante la estética de sus formas a cualquier hombre, sea de la cultura que sea.

Su hacer, su acontecer y su ser, busca dejarlos grabados, zurcidos, escritos, sellados, para que no se los lleve el viento, el tiempo, el olvido. Lo comunicado a través de los símbolos tiene que ver mucho con qué medio se comunica. Si se presentan en materiales resaltados cubiertos de pigmentos, polvos, arenas quieren significar que perduran a lo largo del tiempo, del paso del viento. Cuando son parte esencial de la naturaleza humana se manejan colores tierras, que se remonta a Adán, tierra, humus. Si transparentan sus creencias y emociones se maneja la encáustica. Se ha zurcido para marcar algo sustancial impregnado en el textil que cubre el cuerpo, parte sustancial del ser humano. Alfabetos grabados con fuego en madera pues son la esencia del lenguaje, vida y oxígeno del espíritu. Con fuego se graba la piel buscando que nada borre lo que anhela expresar. Poemas escritos sobre tela enterrados en cera para reflejar la eternidad de un deseo por exoterizar lo interno mediante la letra; esa letra que se recita, que se canta, que se piensa, que se vive.

La cantidad, variedad e importancia de los símbolos en la vida del hombre, expres el profundo deseo del hombre de manifestarse, expresarse ante el otro ser humano, de comunicarse, y en el fondo de su necesidad de trascender. Quiere dejar grabado, zurcido, escrito, sellado sus ideas, sueños, creencias, expresiones para que no se lleve el viento, el tiempo, el olvido algo que forma parte tan esencial de su ser. En definitiva lo que busca el hombre es trascender, salir de sí mismo, crecer, entenderse y ser entendido.

Trascendencia que se ve reflejada en la naturaleza humana. El hombre cuando capta la limitación de los objetos sensibles particulares capta la ilimitación de su esencia. Posee una estructura abierta, capta lo limitado, en el horizonte de lo ilimitado, en la apertura al ser, por lo que no solo percibe el objeto particular en su particularidad incomunicada sino que capta lo particular a la vez que lo trasciende para poder captar el todo. Esta apertura hace posible en el hombre la elaboración de símbolos que le permiten comunicarse a nivel universal.

En estas obras se ha plasmado un sinnúmero de signos que se han ido imaginando y elaborando a lo largo de los siglos sin relación directa entre uno y otro culturalmente hablando sino solo en cuanto gráficamente bellos, además de que muy a propósito no se hace referencia explícita al origen de cada símbolo, pues precisamente se busca la universalidad de su apariencia visual. Cada signo se muestra no necesita demostrarse. Mas que ahondar en los significados, se muestra la belleza de los gráficos de los símbolos mostrando, a pesar de sus diferencias, elementos que se encuentran enraizados en la misma naturaleza humana, de ahí su universalidad y también su permanencia a lo largo del tiempo. Y esto también porque el éxtasis estético no se encuentra en la inteligencia, ni en la voluntad ni en las emociones, sino en la radicalidad de estas facultades, es decir, en la raíz de las mismas, en la profundidad misma del ser humano.

Casi en su totalidad – a excepción de los textos- las imágenes presentadas son anónimas y ahí radica su poder. En el último milenio suele solo verse el “nombre” y no el “espíritu” de la obra. Y las imágenes de ésta exposición no tienen un “nombre”, y su fuerza radica en su universalidad. Existen entre ellas unos lazos fuertemente uniformes que las interconectan que prevalecen a pesar de las diferentes culturas y épocas. “Cada obra para mí,- dice la artista-, es una expresión de mi misma, no me siento ajena a ninguno de los símbolos que plasmo y al mismo tiempo pienso que estoy expresando a muchos hombres, al hombre mismo”.

Lo exotérico del símbolo propone que en el el Arte del símbolo, se une el hombre con el hombre.


© Elisa Legorreta 
Figuras que comunican, 2011, Acrílico sobre lámina oxidada, 1.10 x 1.60 m, Colección 'Lo exotérico del símbolo'